15 de marzo: Día Mundial del Consumo Responsable
Hablamos con María Negro, activista, divulgadora de sostenibilidad y consultora en comunicación de negocios que impactan en positivo, a raíz del Día Mundial del Consumo Responsable. Según ella, la clave del consumo responsable está en reflexionar y buscar información. Consumir responsable nos hace darnos cuenta de que nosotros tenemos una responsabilidad como consumidores, y que hay que empezar a ser conscientes del impacto que tienen nuestras acciones.
Por eso hay que ser críticos, investigar sobre qué hay detrás de las marcas y las empresas y sus prácticas, de dónde vienen los productos que consumimos, cómo se han fabricado, etc. Pero, sobre todo, debemos reflexionar sobre si necesitamos realmente lo que deseamos o si lo podemos conseguir de otra manera: por intercambio, segunda mano, prestado, alquilado, etc.
Se nos ha vendido la idea de que “somos lo que tenemos” y sin querer, nos lo hemos creído. Vivimos en una sociedad de usar y tirar basada en los excesos, en el despilfarro y el consumismo. No hay más que darnos un paseo por nuestras casas y ver que están abarrotadas de cosas que apenas utilizamos: armarios llenos de ropa, baños atestados de cosméticos y productos de belleza, neveras llenas de alimentos que acabamos tirando, etc.
Esto nos obliga a vivir demasiado apegadas a lo material y a basar nuestra existencia, identidad y autoestima en el tener más que en el ser. Reafirmándonos a través de la ropa que vestimos, del bolso que llevamos, del coche que conducimos, etc.
Todo esto tiene mucho que ver con la cultura de los excesos en la que vivimos hoy en día. Esa que nos empuja a consumir de manera compulsiva información, contenido y cosas, a acumular objetos y prendas de mala calidad que duran cada vez menos tiempo, a premiarnos a golpe de tarjeta, a vivir desconectadas de la naturaleza, a desperdiciar materiales, a generar cantidades ingentes de residuos, etc. Lo que está claro es que tenemos que repensar nuestra forma de vivir y, por supuesto, de consumir.
Tenemos mucho poder y nuestras decisiones y a quien apoyamos con nuestro dinero puede ayudar a construir un tipo de sociedad u otra. Tenemos que ir hacia una más igualitaria, equitativa y respetuosa con el planeta.
Como explica Carmela Serantes, fundadora de The Gooodshop, un proyecto de moda y decoración bonita fabricada en España de forma ética y respetuosa con el medio ambiente: “Consumir es invertir en nuestro presente y, sobre todo, en nuestro futuro. Esos pequeños gestos que parecen invisibles son una herramienta de financiación importante para enormes proyectos y, sobre todo, para los más pequeños.”
Como explica María Negro en su libro “Cambia el mundo“, la clave para consumir de manera responsable y evitar compras compulsivas e irreflexivas es hacernos preguntas. Nuestras acciones contribuyen a hacer mejor el mundo. Por eso, antes de comprar un determinado artículo, debemos pensar: ¿De qué materiales está hecho? ¿Dónde se ha fabricado? ¿Alguna empresa sostenible puede ofrecérmelo? ¿En qué condiciones se ha fabricado? ¿Lo estoy comprando porque tiene un descuento o un precio bajo? ¿Por qué vale lo que vale? ¿Me parece caro o barato ¿Puedo obtenerlo de otra manera que no sea comprándolo? Esto ya nos da muchas pistas e información que nos hará tomar decisiones más meditadas.
Practicándolo cada día, como la sostenibilidad, es un camino. Esto nos lleva a hacernos preguntas, a buscar marcas y empresas alineadas con nuestro valores, a analizar nuestras necesidades, a integrar nuevos hábitos, etc.
Según el Informe “Impacto COVID-19 y Consumo Consciente“, impulsado desde 21gramos y Marcas con Valores, en colaboración con DIRSE y B Lab Spain, el consumidor responsable es aquel que:
– Está dispuesto a pagar más por productos sostenibles.
– Es más consciente y crítico contra el consumo del exceso. Evita tener mucho, y prima “el poco pero mejor” a la hora de comprar.
– Premia hechos y rechaza propósitos sin acciones. Exige hechos palpables y transparencia a las empresas que sigue y apoya, no quiere palabras sino hechos. Quiere empresas que se posicionen, activistas.
– Es un consumidor más crítico y acostumbrado a utilizar las redes para buscar la información, que evita y rechaza el greenwashing.
Gracias a María Negro por ilustrarnos un poco más y entender que significa celebrar el Día Mundial del Consumo Responsable.