Adeba, calzado para que cada paso cree una historia
La distancia entre el río Deva, en Ourense, y Deba, un pueblo de la costa cercano a Zarauz, es de siete días andando: 922 mil pasos. Son los que separaban los lugares favoritos de los padres de la fundadora de esta nueva marca de calzado, Isabel Moralejo.
Adeba llega para crear zapatos que forman partes de recuerdos, el de aquellos que componen caminos y recorren historias como la de Isabel.
La trayectoria de esta creativa emprendedora se ha construido en la senda de la moda, más de veinte años como estilista y directora creativa en diferentes publicaciones femeninas como Vogue o Yo Dona. En esta nueva aventura saca de nuevo una pasión que dejó a un lado. Ahora, por primera vez, sola, se enfrenta a su proyecto más personal: Adeba. En ella vamos a ver su dilatada experiencia en el mundo del calzado como cofundadora y diseñadora de las firmas Otto et Moi y Miss Bubblekiss. Pero con un giro inesperado, único, ya que en este proyecto, de inicio a fin, camina con un rumbo que marca ella.
¿Qué vamos a encontrar en Adeba?
Magia, fantasía y un enfoque cromático único, son las principales características de su actual proyecto, las mismas que forman parte de esas imágenes que recogía en el trayecto entre Deba y Deva.
La primera colección llega con más de veinte modelos de bailarinas y tres mocasines. Entre todos destaca "Matilda", una bailarina con broches exclusivos intercambiables que permite customizar cada zapato con diferentes colores, permitiendo hacer único y personal cada diseño.
Veremos diseños con mucho color, estampados de flores y lunares, lazos y adornos tamaño XL son el sello distintivo de esta firma realizada de forma artesanal.
Con sello propio
Cada pieza de Adeba está diseñada y confeccionada íntegramente en España, poniendo en valor y apostando por la conservación de la artesanía de nuestro país.
El compromiso de la firma es ofrecer productos de alta calidad, que permanezcan en el tiempo. Se producen artesanalmente en Elche (Alicante), creando pequeñas cantidades de cada diseño con esmero y mimo. Y trabajando de forma responsable con la opción de compra 'preorder' (fabricado bajo petición) para generar el menor impacto medioambiental posible.
La selección de pieles bajo el sello LWG (Leather Working Group) asegura las buenas prácticas sostenibles en la cadena de producción. Incluso las cajas que envuelven los zapatos están elaboradas con cartón reciclado y cuentan con el certificado FSC (organización que promueve la gestión forestal responsable en todo el mundo).
Un proyecto que espera que cada uno de los más de 922 mil pasos que lo han inspirado sean coherentes.