Dolores Conquero ayuda a entender cómo nos afectan las noticias
En un mundo en el que tenemos acceso, en vivo y en directo, a una información ingente y muchas veces terrible, son muchas las personas que evitan a diario las noticias. En el ensayo “El dolor de los otros”, Dolores Conquero analiza cómo nos han llegado las noticias a lo largo de la historia y cómo hemos desarrollado la empatía en torno a ellas.
¿Cómo ha sido la evolución a lo largo de los años de recibir las noticias que suceden a nuestro alrededor?
Básicamente, la información que recibimos ha aumentado a unos niveles jamás vistos. Ahora nos enteramos de (casi) todo en tiempo real y por múltiples canales. Somos la primera sociedad que tiene que lidiar con eso.
¿Se ha transformado la manera de informar sobre las diferentes guerras o atentados terroristas?
Hay ciertos medios que no han podido resistirse a la tentación del sensacionalismo, a hacer del dolor un espectáculo, pero también es verdad que eso no existiría si no hubiera un público dispuesto a consumirlo. Ahí no vendría mal hacer un poco de autocrítica.
¿Qué es la infoxicación?
Tiene que ver con la sobrecarga de información. Cuando no podemos gestionarla y eso nos hace daño.
¿Qué pasa si el dolor del que me tengo que ocupar ya no es el de otros, sino el mío?
Hay quien hace suyo el dolor de otros de una manera enfermiza, pero también quien entiende la empatía como una forma de solidaridad. Nadie está libre de necesitar alguna vez la ayuda de los demás.
¿Hoy en día gana la rentabilidad de los medios y por eso se da la desinformación y las noticias falsas?
Hay medios y pseudomedios que sirven a intereses oscuros, pero también profesionales que luchan por informar seriamente. Es el público el que tiene que saber seleccionar. ¿Cómo? Pues, de entrada, huyendo de todo lo que suene excesivo, polarizado, sin matices.
Los medios de comunicación ya no tienen el monopolio de generar o transmitir información. Las redes sociales ocupan parte de ese espacio y lo hacen de otra manera. ¿Cómo ha cambiado la manera de informarnos?
Desgraciadamente, mucha gente se informa a través de las redes sociales, en cuentas que ni siquiera tienen a alguien que dé la cara directamente. Yo siempre defenderé a los medios tradicionales, independientemente de su orientación política, porque por lo menos tienen a profesionales detrás.
Cada vez hay más gente que evitan las noticias, ¿a qué se debe?
La actualidad es muy dura, y mucha gente se sobrecarga, se deprime ante tanta desgracia y tanto dolor, pero la solución no puede ser evitar las noticias, sino dosificarlas.
¿El ciudadano que sabe será menos manipulable?
Por supuesto, el ciudadano informado siempre tendrá más espíritu crítico y tomará mejores decisiones. No solo en temas políticos. El confinamiento, por ejemplo, sorprendió a algunas personas de viaje, cuando todas las noticias hablaban ya de un posible e inmediato estado de alarma. Los que estuvieron al día pudieron gestionar mejor sus circunstancias.