El rincón de Carmen, espacio donde cambiar, reciclar y crear
Hoy entrevistamos a Carmen Hernández Calahorra de “El rincón de Carmen“, un lugar que descubrimos en el Mercado de la Cebada de Madrid donde todo es posible. Conozcamos más sobre la historia que hay detrás de su espacio en el mercado de abastos.
¿Cómo surgió la idea de crear “El rincón de Carmen”?
La idea de “El rincón de Carmen” es algo que ha ido surgiendo a lo largo del tiempo. Desde que era pequeña me gustaba transformar cosas. Cogía mis muñecas y con un globo les hacía un bañador, o con un calcetín lo cortaba y hacía un gorro o un vestido. Era algo que me fascinaba. Cambiar de contexto un objeto y llevarlo a otro lugar. Realmente lo que me gusta es el mundo de la creatividad.
¿Cómo llegaste al mundo de la moda?
Comencé con mi hermana haciendo camisetas y pensamos que podíamos sacarnos algún dinero con la venta de las mismas. Me puse a pintarlas, pero me di cuenta que se quedaba flojo. Entonces sentí que tenía que formarme para llegar a otro nivel o hacer otras cosas.
Realicé un grado superior de arte textil donde encontré muchas formas de trabajar los tejidos. Estampación, alto lizo, bajo lizo y bordado eran algunas de las materias que trabajamos. Al finalizar, empecé a hacer mis pinitos como ayudante de figurinista, trabajé para algunas obras de teatro. Así fue como me empecé a acercar al mundo de la moda desde el teatro y el espectáculo.
A parte de moverme por ferias de artesanía y hacer mis cosas basándome en lo que aprendí durante mis estudios. Todo era un mundo de experimentación y de creatividad que me fue llevando a otros senderos.
En ese momento. decidí estudiar Bellas Artes pensando que me iba a complementar más lo que iba aprendiendo y lo que iba haciendo. Y efectivamente así fue. Todo se fue uniendo, se fue complementando unas cosas con otras y así surgió “El rincón de Carmen”.
Es mi espacio, mi lugar donde yo me encuentro con lo que me gusta, con lo que sé hacer y además me permite tocar muchos soportes, utilizar diferentes materiales y llevarlos a un sector donde es muy lucido y sin pensarlo me ha llevado a mis orígenes, al mundo de las muñecas donde comencé a crear. También he realizado algún curso de costura y adaptación de prendas para poder unir todo.
¿Qué tipo de creaciones podemos encontrar en tu espacio?
La verdad es que muy variada porque voy creando y transformando según el punto de arranque con el que me encuentre. Podemos encontrar tocados y complementos, partiendo de diferentes materiales y objetos. Por ejemplo, por nombrar uno curioso, con un muelle que hay en los sofás hice un tocado. Quedó muy curioso y volvemos a lo mismo, como cambiamos de contexto. Un muelle hecho para una utilidad puesto en otro sitio diferente cumple otra función.
Bolsos tuneados pintados o agregando otro tipo de material diferente al que lleva. Ropa, alguna de creación propia. Partiendo desde cero realizo mi propio diseño. Y otras con una base, como son las cazadoras que es con lo que más me estoy especializando, las llevo a otro lugar totalmente diferente. También utilizo los recursos que he ido aprendiendo: pintura, costura y tejidos.
También se pueden encontrar otros elementos no hechos por mí, pero si buscados cuidadosamente. Suelen ser cosas muy vintage o especiales. Además, trabajo por encargo. Últimamente, me han encargado algo para teatro y para espectáculo.
¿Cómo das una segunda vida a prendas que lo requieren?
Sobre todo, trabajo para gente que pasa por el Mercado de la Cebada y me trae cosas, cazadoras o cualquier otra prenda, la transformamos y se la llevamos al estilo que en ese momento quiera encontrar.
Así es como le doy una segunda vida a una prenda que seguramente hubiera llegado al contenedor de ropa para desechar.
También creas tejidos a partir de diferentes materiales, ¿cómo es el proceso?
Son tejidos hechos con materiales de reciclaje. El proceso es el básico de tejeduría: urdimbre, trama y entrelazado. Partiendo de estos conceptos básicos se llevan a cabo todas las transformaciones que uno quiera. En un principio, sería difícil tejer unas canicas, unas chapas de botellas o cualquier material. El truco está en ponerlos en un sitio donde podamos crear una trama o un hilo continuado susceptible de poderlo tejer a esa urdimbre previamente preparada. La elección de urdimbre y de trama es un proceso que se hace según el trabajo que se va a realizar. Si el tejido es para indumentaria, los materiales que requiere son diferentes a los que van dirigidos más a decoración.
“El rincón de Carmen” es un lugar donde puedes encontrar cosas diferentes y hacer cosas interactuando con el consumidor. El estilo depende del cliente, si es por encargo y sino lo que voy creando es todo un poco desde cosas muy sencillas hasta más complejas y elaboradas.
¿Dónde podemos adquirir tus prendas?
Por supuesto en “El rincón de Carmen” en el Mercado de la Cebada, en el puesto 43-44, y también en Instagram (@rinconde.carmen). Es tan fácil como ponerse en contacto conmigo.
¿Por qué elegiste un espacio en un mercado de abastos como el Mercado de la Cebada?
En este caso, fue el Mercado el que me eligió a mí. Iba paseando y me encontré con el anuncio. Y la verdad es que me parece un lugar fantástico para desarrollar mi actividad. Me gusta el barrio de Lavapiés, el entorno y vivo las cosas de otra manera que si estuviese en otro tipo de comercio.
¿Qué planes de futuro tienes?
Seguir trabajando en lo mío, aprendiendo, desarrollando cosas y adquirir nuevas capacidades para realizar las cosas mejor. Seguir aprendiendo como en cualquier trabajo.