La destrucción da paso al arte con una única herramienta: martillo
Cuando escuchamos hablar del arte vandálico probablemente se nos venga a la cabeza el eterno debate de cuándo un graffiti deja de ser una gamberrada para convertirse en una obra de arte. Un acto vandálico no constituye un trabajo artístico en sí mismo, aunque derivados de estos actos o de sus técnicas, un artista si podría encontrar un nuevo y rompedor medio de expresión artística.
Nunca he tenido un arrebato contra un escaparate como en su día hizo Dalí en la Quinta Avenida, pero en ocasiones sí que he tenido que romper a martillazos un vidrio de seguridad para facilitar su reciclaje. Y es en esos momentos cuando se enciende la bombilla para descubrir que se puede dibujar en el vidrio a golpe de martillo. ¿Cómo?
La técnica parece tan sencilla como asestar martillazos a un cristal, pero nada es tan simple como parece. El proceso comienza con una fotografía del sujeto. Con la imagen como referencia trazo con cera algunas líneas guía sobre un vidrio de seguridad y comienzo a golpear cuidadosamente con un martillo para romper la superficie por la zona deseada. Se necesitan miles de golpes precisos y muy controlados. Y si, en muchas ocasiones un mal golpe puede arruinar la pieza por completo y hay que comenzar de nuevo aunque estuviese casi terminada. No hay margen de error ni retoques posibles. De hecho normalmente se requieren cinco o seis intentos hasta conseguir el definitivo.
Es un juego de luces y sombras: los martillazos marcan el vidrio en positivo o blanco, mientras que la superficie sin golpear actúa como negativo o negro. Para resaltar mas este efecto, suelo colocar una superficie negra detrás. Y es entonces cuando la pieza cobra vida, un espectacular contraste entre un material tan frágil y la aparente brutalidad de la técnica.
¿Y no es peligroso tener un cuadro o escultura de cristal roto? Puede parecerlo, pero el vidrio de seguridad permanece unido tras la rotura. Además, los picotazos están en el interior del vidrio. Cuando son más marcados y pueden representar un riesgo, se coloca un vidrio protector, de modo que sea completamente seguro.
La colección en la que uso esta técnica esta llamada “Miradas” porque no son solo retratos, sino algo mucho mas profundo, porque la manera de mirar expresa mucho más que solo la cara. Y recoge miradas de personas famosas, anónimas de toda edad y raza: expresivas miradas humanas. El hecho de estar realizada con una técnica tan brutal sobre un material tan delicado como el vidrio y conseguir detalles tan finos y precisos, acentúa aun más el impacto visual de estas piezas. Además se pueden enmarcar como un cuadro, o colocarlos sobre un pedestal a modo de escultura. Las posibilidades de esta nueva técnica crecen conforme voy adentrándome más en ella, y es que como siempre, el límite solo lo pone la imaginación.