La marca española Clotsy lanza sus primeros vaqueros sostenibles
Ángela Gómez y Alfonso Saura decidieron aprovechar el parón inicial de la pandemia para crear una empresa de moda acorde a su filosofía de vida: consciente y sostenible. Dejaron atrás el mundo de la ingeniería para ofrecer una alternativa a la tercera industria más contaminante: la moda. Aunaron las ganas de emprender de Alfonso con la pasión por la moda de Ángela. Conozcamos en profundidad la historia de Clotsy a través de ella.
¿Cómo dos jóvenes ingenieros deciden montar una marca de moda sostenible?
Alfonso tenía muchas ganas de emprender algún proyecto y yo siempre había tenido el sueño de algún día tener mi propia marca de moda. Ese sueño, aparentemente truncado porque decidí buscar una carrera "segura" y hacer telecomunicaciones, se volvió una realidad cuando, en medio del parón de la pandemia, decidimos dejarlo todo para emprender ese proyecto.
Para nosotros y ahora con perspectiva, la carrera nos ha servido para mucho más de lo que imaginábamos, sobre todo para no rendirnos nunca cuando vemos un problema y para convertir los mismos en posibles soluciones. Por otro lado y al no venir del mundo de la moda, nos ha permitido crear una marca fiel a nuestros valores que nos ha permitido conectar con nuestra audiencia de una forma muy distinta a la tradicional.
En Clotsy utilizáis tejidos que cuidan el planeta y de nuestra piel, ¿cómo cuáles?
Tenemos como objetivo minimizar el impacto de nuestras prendas y cuidar de la salud de quien las lleva. Esto lo conseguimos con prendas de muy buena calidad que duran mucho tiempo y con materiales sostenibles (reciclados u orgánicos). Para prendas que van a lavarse con frecuencia y que están en contacto con la piel siempre utilizamos materiales orgánicos, como nuestras prendas de punto, con un algodón orgánico premium que te abraza al llevarlas puestas. De esta forma, evitamos que las microfibras de poliéster acaben en el mar cuando lavamos la ropa.
Para prendas que no tienen que pasar tanto por lavadora, como complementos o chaquetas, introducimos otros materiales, como el poliéster reciclado y otros materiales. Como nuestras chanclas hechas a partir de colchones reciclados o suelas a partir de posos de café. Así, damos una segunda vida a materiales que eran un residuo.
¿Qué importancia le dais a producir en talleres locales?
Este punto para nosotros es muy importante. Hacemos mucho hincapié, a la hora de comunicar, que cuando compras una prendas en Clotsy, no estás dando únicamente el dinero a una empresa española, sino a toda una red de empresas de la península con las que trabajamos para realizar nuestras prendas. Desde el packaging, hasta las etiquetas, tejidos, talleres...
Cuando trabajamos con pequeños talleres, estamos dando trabajo a familias, y muchas veces a pueblos que viven de esa fábrica. Como nuestro tejido denim de Adrigueras (Albacete), nuestros jerséis de algodón orgánico en Campillo de Altobuey (Cuenca) o calcetines de Pradoluengo (Burgos).
Habéis lanzado los primeros vaqueros sostenibles y con un patrón especial, ¿cómo es posible?
Sabemos que no tenemos un precio con el que competir con los grandes. Es por esto que tenemos que reinventarnos constantemente y buscar siempre las mejores prendas y la máxima calidad. Para el proceso de diseño tuvimos que hacer trabajo de campo y recorrer todas las tiendas hasta que pudimos diseñar los patrones perfectos. Al taller no le hizo mucha gracia porque les cambiamos la cadena de producción, pero es lo bueno de trabajar con talleres locales, que todos somos uno para producir las mejores prendas.
Vuestra producción sostenible va más allá, y ayudáis y cooperáis con vuestras colecciones, ¿en qué consiste?
El objetivo que teníamos a la hora de formar la empresa era la de conseguir un impacto positivo en el planeta con nuestra actividad. No nos podíamos quedar "únicamente" en el hecho de producir de forma ética y sostenible.
Queríamos ir un paso más allá y apoyar a asociaciones y grupos que locales que luchan y trabajan por tener un mundo mejor. Es por eso que este año, entre otros proyectos, hemos decidido plantar nuestro primer bosque en Valencia. Y con las distintas campañas que hemos hecho durante el año, y el último empujón que daremos en Black Friday esperamos poder plantar muchos árboles.
La industria de la moda es el segundo sector más contaminante del planeta, ¿cómo puede ayudar el consumidor a reducir estas cifras?
Principalmente, reduciendo el número de prendas que compra. Sinceramente, las marcas de moda estamos en una situación muy difícil. Por un lado, tenemos a los consumidores que apoyan el fast fashion y que quieren cambiar de armario cada 3 meses (a los que no podemos llegar porque para mantener su consumo con nuestros precios es imposible). Por otro lado, incluso las propias marcas de moda hacemos un llamamiento a no consumir si no lo necesitamos, estar en contra de las rebajas y, en definitiva, en contra del consumo. Esto nos hace un flaco favor a nosotras, no nos olvidemos que vivimos del consumo. Es por esto que tenemos que intentar llegar a un punto a medio entre todos. No pasa nada si alguna vez compras en tiendas de fast fashion (no son el demonio). Las empresas tenemos que dejar de sacar 10 colecciones al año, con sacar 2 (como siempre) y comprar cuando sepamos que le vamos a dar uso (aunque no lo necesites, ¿quién necesita ropa hoy en día?).
¿Dónde podemos adquirir vuestras propuestas sostenibles?
Principalmente, a través de nuestra web en clotsybrand.com. Pero, además, estamos presentes físicamente en Valencia, en nuestra tienda física de Colón, 72. ¿Quién sabe si al año que viene en Madrid o Barcelona?.
¿Qué planes de futuro tenéis a corto o largo plazo?
A corto plazo, estamos preparando todo para el Black Friday, es una campaña que aprovechamos para ayudar a una causa social o un proyecto que genere un impacto positivo. En vez de hacer descuentos enormes, ofrecemos un descuento que nos podemos permitir, y aprovechamos para donar una parte de lo facturado. Este año lo vamos a destinar a hacer aún más grande el bosque Clotsy.
A largo plazo, queremos ampliar las familias de productos que tenemos, que haya una prenda que vaya bien para cualquier persona que venga a la tienda. Alguna americana, abrigos, más variedad de vestido. Alguna colección de deporte, ¡incluso bañadores! ¿Por qué no?. Abrir en Madrid o Barcelona también suena a reto increíble al que le tenemos muchas ganas, todo llegará.