¿Nació La Pajarita como una hijuela de la Generación del 98?
El nombre de La Pajarita o cómo la habilidad manual de Miguel de Unamuno puso nombre a esta confitería centenaria. En los cafés y las tertulias literarias del Madrid de finales de siglo, se cocían las opiniones y las ideas de lo más selecto de la ciudad. Pero también entre taza y taza, ocurrían esos detalles insólitos que dejan su rastro histórico en la vida del comercio madrileño.
Don Vicente Hijos y Palacios, dueño de esta confitería que hoy llega a nuestros días, era asiduo del Café de Levante, que también frecuentaba Miguel de Unamuno. El afamado novelista, filósofo y profesor era además un gran aficionado a hacer figuritas con los sobres del azúcar.
Quizá viendo su destreza o porque alguna de esas figuras acabó cayendo en sus manos, la silueta simple, geométrica y graciosa hizo su labor. Inspiró al dueño del comercio de caramelos y bombones que ya hacía las delicias de los madrileños, a ponerle ese nombre.
¿Nació La Pajarita como una hijuela de la Generación del 98? Más que eso: enseguida se convirtió en un icono popular. Y todavía hoy sus pajaritas de chocolates y sus caramelos revolotean entre las manos de los golosos.
Su versión en caramelo ácido puede comprarse al peso y viene en sus míticas cajitas. Un guiño multicolor y alegre, que esa figurita de papel trasformada en caramelo, lleva haciendo a lo largo de los años tanto a grandes como pequeños.