Por qué se llama Panamá a uno de los sombreros más famosos
Durante la construcción del canal de Panamá en 1906, el presidente estadunidense Theodore Roosevelt recibió como regalo con un sombrero Montecristi. Esa fotografía que apareció en The New York Times hizo que lo acercara al público americano.
Si a este momento le sumamos que para la realización del canal habían ingenieros franceses, y algunos de ellos asistieron con su Montecristi (previamente a la visita del presidente Roosevelt) a la Expo de Paris en 1.855 y como Ecuador no fue nombrado como país participante nuevamente fue bautizado como sombrero Panamá, ya que era llevado por unos parisinos afincados en Panamá, los franceses lo adoptaron y difundieron la moda a otros países.
Solamente con decir “él lleva un panamá” sabemos que nos referimos a un sombrero. Casi todos tenemos en nuestra memoria a Clark Gable o Humphrey Bogart con uno de ellos en películas como “Lo que el viento se llevo” y “Casablanca“.
El 5 de diciembre de 2.012 la Unesco reconoció el sombrero de paja de toquilla ecuatoriano como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.
El sombrero de paja de Toquilla se teje con las fibras de las hojas de una palmera (Carludovica palmatu) que crece en las costas de Ecuador.
Es una palmera tipo arbusto sin tronco que se cultiva en los toquillales. Los agricultores recogen las hojas y tallos, separan las fibras verdes para hervirla y así extraer la clorofila. Se le añade también azufre para blanquear la paja, logrando la fibra muy clara para comenzar tejiendo la copa y después el ala del sombrero.
El tiempo de proceso del sombrero puede tardar entre dos a seis meses, por eso su precio oscila entre 200€ y 300€. Entre ellos, tenemos que reconocer el sombrero Montecristi. Su elaboración para entrelazar las fibras extremadamente finas, le puede llevar al artesano de cuatro a seis meses, precio medio es de 1.500€.
El valor del sombrero es por el tiempo para crearlo y la calidad del tejido. Para saber su valor a la hora de adquirirlo debemos hacer visualmente 1 cm. cuadrado. Cuanta más fibra entrelazada haya, es de mayor calidad, es una forma fácil de reconocer la calidad del sombrero.
En nuestro taller de sombrerería tradicional Montesinos Vilar realizamos los sombreros panamá con las capelinas llegadas desde Ecuador, las trabajamos dándole vapor, creándole la forma con nuestras hormas y planchándolos.
Son sombreros realizados cien por cien artesanal, piezas que nos acompañen en momentos en los que estamos expuestos al sol, ya que tienen una protección solar UV factor 40, para disfrutar de un día de tenis, en la playa, en la montaña o visitando una ciudad.
¿Qué nos ayuda a distinguir un sombrero de Panamá autentico?
El Panamá tiene unas características que lo hace inconfundible a la hora de reconocer un original.
Tejido: Su tejido comienza a realizarse en la copa en forma redonda creando unos anillos. En su interior, se puede apreciar más grueso. Como hemos dicho anteriormente, en el tejido realizamos un centímetro cuadrado dentro del anillo y cuanto más tejido tenga y más tupido es de mayor calidad.
Tacto: Un sombrero de Panamá tiene un tacto sedoso, que te incita a tocarlo. Es un tacto inconfundible.
Aroma: Es inconfundible el aroma que desprende a paja natural, es un aroma a naturaleza.
El Panamá si no tiene estas características está claro que es falso.
Cuando nos encontramos sombreros llamados de Panamá en modo low cost, por unos 20€, es fácil saber que ni está hecho en Ecuador, ni es paja de toquilla, son imitaciones.
Llevar un Panamá es portar el trabajo de manos artesanas, es transmitir el amor que generación tras generación realizan el trenzado las capelinas. Para Montesinos Vilar realizar un sombrero panamá es continuar con un legado que es Patrimonio de la Humanidad.