Rig Bespoke, la sastrería española artesanal para hombres de hoy en día
Entrevistamos a Juanjo Rig, uno de los maestros españoles de la sartoria y camisería a medida artesanal, quien desde su negocio Rig Bespoke en Galicia viste y calza a los hombres que buscan la máxima calidad a la hora de vestir.
¿Quién es Juanjo Rig y por qué ha apostado por la sastrería a medida de alta calidad?
Juanjo era un joven estudiante de empresariales, inmerso en un mundo de cifras y teorías económicas, que si bien hoy le sirven para gestionar su negocio, no le aportaban entonces la motivación y esa dosis de creatividad que hoy sí encuentra en un oficio que aúna a partes iguales técnica y diseño.
El inicio en este oficio es más accidental que vocacional. La pasión por el vestir siempre acompañó su juventud, pero no fue hasta que una propuesta inesperada y casi casual, acaba por llevarle a Madrid donde cursará los estudios de sastrería, corte y confección en una escuela privada de una conocida firma de distribución del país (El Corte Inglés).
Posteriormente, se traslada a Vigo para finalizar su formación de la mano del Sr. Macías, un veterano y reputado sastre, y es allí, junto a él, donde nace realmente su amor y pasión por un oficio que ya no abandonará durante sus ya casi 20 años de profesión.
Los inicios no son fáciles, con una profesión artesanal que entonces tenía los días contados y que se ahogaba en una sobredosis de firmas nacionales e internacionales que copaban el mercado. A pesar de ello, su empeño por modernizar la caduca sastrería tradicional y acercarla al cliente más joven, creó en él un objetivo y casi una necesidad que hoy, con un nuevo auge de la confección artesanal, de la moda sostenible e inmersos en la nueva era de la personalización, le hacen tener más pasión y más fe en lo romántico de esta profesión, que nunca!
Los intensos lazos que se crean con el cliente, y saber que estás contribuyendo al resurgir del textil sartorial en España, hacen que sea imposible no amar lo que estás haciendo.
¿De dónde viene el nombre de Rig Bespoke?
Ese afán por aportar cierta modernidad a un oficio tan ancestral, se ve reflejado igualmente en el nombre de nuestra sastrería. En un mundo absolutamente globalizado, la sastrería española está obligada a dar pasos, si nuestra intención pasa por exportar el oficio y la “marca España” al resto del mundo.
Si bien el nombre “local” de nuestro atelier es “Sastrería Juanjo Rig”, en su momento se decidió incluir el Bespoke, en todas nuestras redes sociales y en aquellos aspectos de nuestra empresa que pudiesen tener un alcance más internacional. Este término anglosajón, tiene su origen en los verbos ingleses Be-Spoken, es decir, lo que es hablado, acordado y negociado con el cliente. Esta palabra ha sido adoptada hoy en día casi en su totalidad por la sastrería artesanal tradicional, que la distingue del resto de las alternativas que han nacido estos últimos años como la Su Misura o el Tailoring más asociados a la sastrería industrial.
¿Cómo es el proceso de confección de una prenda a medida de manera artesanal de su sartoría y camisería?
Detrás de Rig Bespoke, se esconde un equipo de 8 maravillosas personas que dividen su actividad en las diferentes especialidades que se manejan en el día a día de nuestra profesión. Cortadores, oficiales de americanas, pantaloneros, camiseros o zapatero, forman las piezas de una maquinaria que ha de funcionar con una coordinación absoluta puesto que hablamos de un proceso de confección minucioso y muy detallista.
Todo el proceso de confección de nuestras prendas es 100% artesanal y se realiza de forma local en nuestra ciudad. Tras la elección de la prenda y el tejido por parte del cliente, comienza un proceso que abarcará varias semanas, y en el que se incluirán al menos dos pruebas antes de la finalización de dicha prenda. La americana representa la máxima expresión de nuestra artesanía, y desde el inicio del corte de la prenda, hasta el momento final del ojalado y plancha, pueden haber transcurrido perfectamente unas 60 horas de trabajo manual.
Probablemente, muy pocos son los que imaginan todo el largo y minucioso proceso que se esconde detrás de cada traje que nos encargan, pero fuere como fuere, sin duda existe algo diferente cuando uno viste un traje Bespoke.
¿Qué hombre viste un traje confeccionado por Rig Bespoke?
Siempre cuento la sensación que tenía cuando empecé en la sastrería. Por el mostrador del señor Macías, pasaban cada día decenas de clientes, pero lo cierto es que el perfil era tremendamente reconocible. Allí se hacían, casi en su totalidad, trajes para hombres ya veteranos y adinerados.
Hoy en día la cosa ha cambiado y mucho! No podría hablaros de un perfil determinado de cliente, puesto que no existe. Quizás sí un denominador común, y es la pasión por el vestir. Tenemos clientes muy jóvenes, que buscan el toque diferente de nuestra camisería, empresarios jóvenes y no tan jóvenes que pretenden dar un paso adelante en su imagen, tan importante hoy en día. Clientes habituales de profesiones que exigen una vestibilidad algo más cuidada (abogados, banca…) pero también clientes esporádicos que buscan tu asesoramiento y experiencia para determinado tipo de eventos como las bodas, un sector, el nupcial, que hoy representa aproximadamente un 65% del volumen total de nuestro negocio.
¿Con qué tipo de tejidos se llevan a cabo sus creaciones?
El abanico de tejidos que compone hoy nuestra oferta al cliente es tremendamente basto. Su elección dependerá en gran medida de la finalidad y uso que le vayamos a dar a la prenda que estamos eligiendo. La calidad en el paño no es una opción, sino una exigencia en nuestro atelier, y la pureza de las fibras que lo componen, una obligación para con nuestros clientes. Algodones en nuestra camisería, lanas y sedas en nuestra sastrería, y piel vacuna gallega en nuestra zapatería artesanal de los más prestigiosos fabricantes nacionales e internacionales, completan una extensísima oferta de la que hoy nos sentimos especialmente orgullosos.
Quizás nos quedará siempre la pena de ver cómo se ha ido perdiendo la industria pañera española, que gozó de unos años de grandeza especialmente en Sabadell con grandes firmas como Gorina, pero cuya tradición se ha ido desvaneciendo poco a poco, hasta el punto de que hoy, el uso de tejidos importados, especialmente ingleses e italianos, suponen casi un 80% de nuestras compras anuales de pañería. Ojalá pronto podamos recuperar aquel esplendor textil del que gozó nuestro país, y que quizás no supimos valorar y vender al exterior.
¿Qué significa para vosotros la marca España y el hecho en España?
Definitivamente somos la resistencia, y no tengo ninguna duda de que además, somos el futuro. Hemos sido espectadores de la invasión china. Nos hemos acostumbrado a que nos marcasen las pautas en nuestro vestir hasta convertirnos casi en autómatas de nuestra imagen, nos hemos dejado “igualizar” y hasta hemos disfrutado con ello! Pero todo cambia y siempre, en todos los campos, y en el nuestro no iba a ser diferente, hay un regreso al origen. Soy el primero que la he gozado con una hamburguesa americana precocinada, que se ha traído para casa 10 prendas en una tarde con las costuras bangladesas giradas o que ha sentido la felicidad de ver su armario repleto de prendas, que en la mayoría de los casos no necesitaba. Pero sí, creo que asistimos a un retorno al origen, a la calidad, al mimo en el trato con el cliente que ahora busca experiencias en su vestir y en su vida, al compromiso de contribuir a conservar una fabricación nacional, que servirá para dar empleo a sus hijos, a invertir en definitiva, en un vestidor hecho en España del cual sentirse orgulloso y conservar como las pequeñas joyas que son las prendas artesanas y nacionales. El orgullo de lo español ha vuelto, y ojalá sea para quedarse.
Este verano, ¿cuáles son las propuestas para los hombres: colores, texturas, patrones, etc.?
No creo demasiado en las tendencias ni en las modas temporales, y sé que resulta extraño oír esto a un profesional del textil. Creo infinitamente más en la persona, en sus gustos, en su comodidad, en su estilo de vida. De nada servirá tratar de convencer de que la seda es tendencia, a alguien que desarrolle su profesión al volante. Los resultados que obtendrá de nuestro producto, no serán sin duda los esperados. Creo que se deben abandonar los estereotipos que cada temporada se proponen, y escuchar mucho más al cliente para poder así satisfacer las necesidades personales que cada uno tenemos que resolver en nuestro día a día.
Quizás como apunte para este verano, la ligereza. Tanto en patrones que poco a poco van ganando amplitud y comodidad frente a los fits mucho más marcados de estos años atrás, como en los tejidos que nos ofrecen gramajes bajos, como las mezclas de lanas frías, sedas y linos, e incluso en el propio montaje de las prendas, con el empleo de entretelas mucho más ligeras buscando piezas sin demasiada estructura ni hombreras o coronas marcadas. La expresión de la naturalidad es hoy, una de las señas de identidad de nuestras prendas.
En un momento como el que estamos viviendo, ¿cómo se vuelve a la “nueva normalidad” en un negocio como el vuestro?
Lo cierto es que no está resultando sencillo adaptarse a los nuevos tiempos que hemos heredado del COVID. En el taller no estamos encontrando demasiados cambios en nuestro día a día al tratarse de un equipo reducido de trabajadores. Es en la parte más comercial donde sin duda encuentro más limitaciones.
A pesar de que las medidas iniciales de desescalada se han ido aligerando, hemos decidido mantener la cita previa como premisa para nuestros clientes. Hemos aprendido a trabajar así, y aunque ciertamente pueda suponer la pérdida de alguna venta “caliente” esporádica, nos ha traído mayor organización y pausa a la hora de atender a nuestros clientes.
El problema mayor, reside en la distancia social que debemos mantener, que sin duda enfría enormemente el encuentro con nuestros clientes. Muchos de ellos amigos a los que vestimos desde hace ya varios años y a los que hoy nos cuesta mucho no poder recibir con un abrazo. Por otro lado, está la parte deshumanizadora que encierra la utilización de las mascarillas. Soy un hombre terriblemente expresivo, y trato de contagiar el entusiasmo a mis clientes a través de la pasión que ponemos en nuestro trabajo. El rostro, la sonrisa…son argumentos mucho más importantes para mí, que el propio tejido que elijas para un traje. No queda más remedio que adaptarse y así lo haremos para superar entre todos un tiempo que tiene tanta dosis de incertidumbre para todos.
Mucho ánimo y fuerza para todos los que apuestan por hacer aún más grande, este maravilloso país !!!